Al oír la noticia cerré los ojos…
y a mi cabeza volvieron las noches de antes…
Cuando ganábamos tiempo rescatando segundos de esas noches, en las calles, en nuestros paseos a las tantas… y dormida la ciudad solo quedaba el aire en nuestras bocas, y la respiración moría allí.
Siempre hablábamos todo… aunque no hacía falta que me descifraras tu interior, porque mirarte era más que suficiente. Ya sabía, cuando escuchaba tus llaves tintineando en la puerta, que tu cara diría el resto. Entonces entrabas en casa y, mientras me terminaba el café, te observaba recorrer esos metros hasta el salón, quitándote la corbata, desabrochándote el primer botón de la camisa, dejando al aire el comienzo de tu pecho. Me encantaba cuando te veía así, porque mi imaginación se enredaba ahí, en tu cuello, quitándote un botón detrás de otro, aprovechando tus momentos de distracción para desnudarte en silencio. Más de una vez casi se me quema la cena por culpa de esos botones. Te sentabas a mi lado y hundías tus huesos en el sofá. Sentía tu calor y tus manos buscando mi espalda... me abrazabas, y a mi... me parecían días perfectos...
Y muchas madrugadas después del trabajo, mientras volvía a casa arrastrando mis pies en la acera, mirando el suelo, te imaginaba acurrucado en el sofá, dormido, con la televisión encendida… Entonces subía las escaleras corriendo, y me sorprendía la luz de una vela iluminando nuestra pequeña terraza, y te encontraba allí, sonriéndome… te acercabas y me besabas, me preguntabas qué tal el día mientras hundías tus dedos en mi pelo y me ofrecías una copa de vino.
Me encantaban esas noches.
¿Y ahora me preguntas, si cuando te vayas, te echaré de menos?
Escena 76547654
Hace 3 años
4 comentarios:
Gracias por el comentario!
nos cotillearemos mutuamente =)
por cierto tenemos gustos muy parecidos...
pues de todos esos sitios, sólo he estado en peal de becerro una vez de pequeña...
algunos me suenan y otros no, jeje
tanto ver mundo para luego no conocer mi provincia... xD
Seguro que lo echaras de menos y él también te echará de menos, pero en los dos estará el volver a repetir esos momentos.
Mientras tanta para esos están los recuerdos.
Precioso Campanilla
Escucha a Ray LaMontagne. Te gustará.
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