Hay relojes que se apagan en los cuerpos
con la única certeza del tiempo avanzando
en el movimiento exacto de la luz.
Cae la noche y se vacían
sin prisa
en un temblor simultáneo de arterias.
Ocells
Hace 10 meses
El Café Cinema existe, en una calle perdida de Berlín. En ese lugar las páginas dejaron de ser blancas. Y algo cambió.
2 comentarios:
Cada vez que un reloj se apaga, lágrimas resbalan.
El tiempo se nos acabará algún día. O todos los días.
(Encuentro cierta conexión entre lo que escribes y ciertas circunstancias que me rodean recientemente).
Besos. Por la compañía.
Sí...
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