miércoles, 22 de abril de 2009

Día 1

Vuelvo a hacia la cueva. En ella las paredes se agrietan a medida que pasan los días en la Tierra. La roca se retuerce y escucho un fuerte Crocccc en los tímpanos. Un sonido estridente que apenas dura un instante, pero basta para que penetre hasta el centro de mi pecho sin un atisbo de piedad.
Me destroza.

...¿Es posible deshacerse en partes?

Avanzo con mis torpes manos ciegas, mis pies descalzos, llagados por la injusticia de este suelo, hasta el fondo de la cueva, el lugar que se me antoja tan cálido como solitario.
En todos y cada uno de los recodos tuve la sensación de que hubiera dado mi vida, mis huesos, todo,
por haber aprovechado hasta el último rayo de sol que se extendió sobre la Tierra.
Hubiera querido escuchar una última vez el silencio...
El silencio.
Qué privilegio.



Y en medio de esta oscuridad vuelve ella...

Lloro.
El hambre está comenzando a eliminar recuerdos.
Y mi cuerpo, mecánico y aislado,
débil engranaje de músculos dormidos,
mi cuerpo,
la única parte consciente en mí,
él último lugar que albergó vida,
decidirá el momento de marcharse.




A G. ,
"Lo peligroso que tiene la vida, es no hacer nada"

2 comentarios:

Noviembre dijo...

Sí, es posible deshacerse en partes, sí...


Me gusta el texto, me transmite un nosequé que me encanta!

:)

Anónimo dijo...

A mí, el texto me ha trasladado a un lugar vacío y negro y húmedo. Sin conocer apenas el motivo de tal desolación en el protagonista, una imagina ladecepción a lo largo de su vida, y ahora, al final, y se presiente un personaje tranquilo, sin exaltaciones, pausado en su espera de lo inevitable, incluso diría, de lo merecido.

Beso, supongo.