martes, 23 de diciembre de 2008

Kike, el fetichista de bragas II

Enrique dedicaba gran parte del día a estudiar una carrera que poco le entusiasmaba; la necesidad de empezar a construir su propia vida y abandonar lo que él sarcásticamente denominaba hogar era demasiado urgente.
Caminaba por los pasillos de la facultad solo, solo se sentaba en clase, en la cafetería, atrapado en alguna composición de Sergei Rachmaninov, con el tic incesante de sus yemas golpeando su pierna, o la mesa, imaginando las teclas de un piano inexistente. Lullaby de The Cure, era su canción preferida para observar a mujeres; Money de Pink Floyd, sonaba en el coche a un volumen considerable durante el trayecto de vuelta a casa; el erotismo de Led Zeppelin envolvía sus tímpanos en la intimidad provocando sensaciones más que placenteras.
Cuando llegaba el momento de relacionarse con los demás Enrique no dejaba de cuidar las formas; su trato (a veces con un toque irónico del que únicamente él se percataba) era cordial, amable y respetuoso, a pesar de no sentir el más mínimo atisbo de cariño por otras personas. Enrique no despreciaba a los demás, simplemente le resultaban indiferentes. Sin embargo, los objetos eran otra cosa. Algunos objetos conseguían despertar en él sentimientos que ningún humano le había provocado jamás. Cuando contaba con 8 años, - la última vez que su padre le agarró de la mano, recordaba él-, Enrique se dio cuenta del poder que ciertos objetos ejercían sobre él.
Y ocurrió delante de un escaparate de lencería de mujer.

5 comentarios:

Noviembre dijo...

estaré unos días de vacaciones, así que Feliz Navidad por adelantado...

En cuanto vuelva, prometo leer este par de textos que me he perdido...

Un beso

Cristina dijo...

Me tienes intrigadísima... esto promete...
Feliz Navidad... disfruta de las luces..

Un besote

Captâre dijo...

y que más y que más!!!??

Yo siento que a mi me pasa todo lo contrario a Enrique, siento aversión por la lencería femenina...tiendo a quitarla rapidamente. jo jo jo!!

una tal Eliana dijo...

nada suplanta el rerotismo de led zepellin


,,,

por suerte



buen sabado bella

Celia dijo...
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