Rodeados de océano
A merced de la marea
Con las manos hundidas en
barro,
O tierra..
No hay llanto ni pena
no existe la nostalgia
(aún)
Tu contorno en la marea
enreda
mis pies.
A merced de la marea
Con las manos hundidas en
barro,
O tierra..
No hay llanto ni pena
no existe la nostalgia
(aún)
Tu contorno en la marea
enreda
mis pies.
7 comentarios:
WOW!
LA FOTO ESTÁ INCREIBLE!!!
NOS VEMOS!
Gran foto, evocadoras palabras.
preciosas malabras...enredadas como tus piés.
paso
a
paso
me alejo de mi mismo
y parece que hoy
no habrá sorpresas
no habrá ni un solo pensamiento
(curioso)
que camine por el borde
de tu
ventana...
esta noche
me borro
el esbozo
de sonrisa
q me prometí
a
mi
mismo...
Y es que cuando el cuento tiene tantas páginas... empieza a pesar en el bolso de la vida, puedes abrir un agujero en el fondo para ir soltando lastre... pero te arriesgas a que se escape lo que quieres conservar. Porque resulta que si no dejas de vigilar el fondo de la bolsa no ves lo demás
Corto pero intenso... geniales imagenes y palabras...
Un saludo
Vi el horizonte.
Luego lo miré.
Y el sol se ponía a lo lejos y yo entorné los ojos como si quisiera ver algo que esta en la distancia, o que esta muy cerca, según como se mire.
Y el Suelo y el Cielo se juntaban de una forma extraña, como si por algún pacto no escrito nunca hubieran dejado de estar separados, aunque se alejaban de vez en cuando, para despistar a aquellos que seguían sin rumbo fijo y con (ciertos) horarios que cumplir.
Entonces me di cuenta de que sólo había que fijarse en eso para descubrir su secreto, y descubrí que seguía vivo, porque veía el verde y el dorado. No importa lo que pasase, por que el horizonte estaba allí, a lo lejos.
Y...
Y lo vi cambiando.
Y vi el horizonte verde y dorado, y lo vi azul oscuro y negro, y luego lila y a veces plateado.
Y esta tan, tan lejos.
Y queda tanto por sentir….
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