miércoles, 28 de abril de 2010

La habitación está llena.
La mano de tu padre te acerca y entonces
tu mirada cae al otro lado del cristal, sobre su frente,
y hay algo de paz en la sensación, que no te explicas

observas su expresión tranquila y te vuelves hacia tu padre,
que te está agarrando y entonces eres consciente
del calor que desprende su mano y piensas,
que eres tú quien está al otro lado,

eres tú quien está del lado de los sonidos
del movimiento
de la luz
de ahora.

Y piensas
en un árbol apagándose
con raíces de un siglo de distancia.

Entonces el silencio vuelve a habitar en ti
y bajo tus párpados, el corazón derramándose
por tercera vez.

6 comentarios:

Sofía dijo...

Duele hasta los huesos.

Hermoso, Campanilla.

Pez Susurro dijo...

eres tu quien está

ahora

latiendo


mil besos

Veronique dijo...

qué fue de la canción de jazz? Aún no he perdido la esperanza...

:)

o dijo...

increíblemente sincero,
como tú,
mi querida campanilla ;)

Tristana dijo...

qué maravilla peke...

Noviembre dijo...

Sin duda... algo, algo se derrama tras leerte...