Hay relojes que se apagan en los cuerpos
con la única certeza del tiempo avanzando
en el movimiento exacto de la luz.
Cae la noche y se vacían
sin prisa
en un temblor simultáneo de arterias.
Ocells
Hace 1 año
El Café Cinema existe, en una calle perdida de Berlín. En ese lugar las páginas dejaron de ser blancas. Y algo cambió.
2 comentarios:
Cada vez que un reloj se apaga, lágrimas resbalan.
El tiempo se nos acabará algún día. O todos los días.
(Encuentro cierta conexión entre lo que escribes y ciertas circunstancias que me rodean recientemente).
Besos. Por la compañía.
Sí...
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