El Café Cinema existe, en una calle perdida de Berlín. En ese lugar las páginas dejaron de ser blancas. Y algo cambió.
Ahora que me veo mirándote
no sitúo lospasosni la piel ni loshuesosen la acera
Desolador. Pero preciososaludos
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1 comentario:
Desolador. Pero precioso
saludos
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