Está sentada en la parada del autobús.
Yo llego tarde, como siempre.
Y ella siempre espera.
Cualquier día me mandará a la mierda, seguro.
Levanta la cabeza y me mira.
No sé qué estará pensando. Nada bueno.
Me sonríe, como si no pasara nada.
Sería buena actriz.
Prometo decírselo un día de estos.
Cuando me atreva a invitarle a salir.
Un día de estos.
Entra en el coche, está empapada y preciosa.
Llueve, hace frío y he llegado tarde...
me siento la peor persona del mundo,
pero sonríe y se me olvida.
Entonces lo suelta:
- El otro día me acordé de tí
- Anda, ¿y éso?
- Pues nada, por la canción que me dijiste. Que me encanta.
La canción.
Quiero escucharla con ella.
Desde que nací.
- Me alegro mucho. Oye, siento llegar tarde...
- Siempre estás con lo mismo. No importa. Me tienes mal acostumbrada.
No puedo decirle la verdad.
Seguro que se ríe de mí
si le digo que no sabía qué ponerme,
que estaba nervioso por verla,
que tuve que hablarme un rato en el espejo.
Por eso siempre llego tarde.
Pienso en mil excusas.
No se me ocurre nada convincente.
- Bueno, entonces, te gustó la canción...
Estoy histérico y digo tonterías.
- Si.. estuve escuchándola toda la noche... Encendí un par de velas. Incienso, y esas cosas que me gustan a mí. Me puse cómoda. Fue increíble. Y a él también le encantó.
Oye, ¿estás bien? Te has puesto blanco.
Joder.
Esto me pasa
por llegar tarde siempre.
Para Lázaro.
1 comentario:
la canción fue un regalo muy chulo, porque vamos, es mi canción del mes, eso sin duda. y seguramente será de mis canciones del año.
pero éste texto es una guinda para el pastel:) me hizo ilusión, no suelo recibir cosas de estas;) ya sabes.
un fuerte beso tronca.
y gracias, de veras
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